Marsaskala y Zejtun
Situadas en el sureste de Malta
"Un buen viajero no tiene planes fijos ni la intención de llegar" Lao Tse
A pesar que el día anterior nos fuimos a dormir algo más tarde de lo previsto (post anterior) no impidió que siguiéramos nuestras visitas turísticas, eso sí, hoy, Domingo, la intención era tomarnos el día de relax y playeo así que, después de una buena ducha y decidir una ciudad cercana donde poder darnos un baño en el mar, nos fuimos a desayunar, sin antes intentar averiguar qué era aquel trozo de madera que se encontraba en la puerta.
Pensareis que esto es lo que conecta la luz o el aire acondicionado, pero la puerta se abría con llave, las luces se encendían con interruptores y no había aire acondicionado. La única manera de saber qué función tenía era...sí, quitarlo, pero después de cruzar un par de miradas decidimos que lo más sensato era no hacer nada.
Ya os comenté que descubrimos muy cerquita del hotel una cafetería muy atractiva para nosotras (el Mint) y como no, hoy tampoco podía faltar un buen desayuno.
Soy una apasionada del chocolate, así que ¿qué mejor manera para mí de empezar el día que con esta galleta? Os podéis hacer una idea de su tamaño comparandola con la taza de café con leche o con el sobre de azúcar, sobres que venían con mensaje.
La primera ciudad a la que nos dirigimos hoy fue Marsaskala, visitar la fortaleza de la ciudad y darnos un baño en la Bahía St Thomas era el plan.
Al llegar a este pequeño pueblo pesquero nos lo encontramos prácticamente desierto e incluso estuvimos apunto de marchar después de hacer un par de fotos al puerto.
Pero decidimos seguir según lo planeado, montamos en nuestro coche, aire acondicionado a tope y seguimos la carretera a ver donde nos llevaba y así llegamos a la Torre de St. Thomas. Como se ve en las fotos, el paisaje era un tanto desolador, algo desierto, con edificios en construcción y no pudimos visitar la Torre de St. Thomas por que estaba en proceso de remodelación.
Pero no hay visita turística sin foto, para decir "yo estuve allí"
Llegó la hora de un bañito en el mar. Las guías hablaban que había "algo parecido a una playa de arena" con esta descripción no esperábamos nada extraordinario pero al menos podríamos refrescarnos antes de seguir la ruta. Continuamos la carretera siguiendo el mar y así encontramos la playa.
La Bahia de St. Thomas es una pequeña playa donde van los lugareños a pasar el día, rodeada de pequeñas casas de hormigón y barcas atracadas.
Después del refrescante baño, sin saber ni que hora era (ni nos importaba demasiado) nos dirigimos a Zejtun un pequeño y tranquilo pueblo que apenas sale en los mapas, sin nada especial que ver, pero tiene su encanto pasear por sus calles pequeñas, estrechas y silenciosas, tres cosas valoradas por alguien de ciudad como yo.
Lo que más nos llamó la atención fueron los buzones de correo expuestos en las fachadas de las viviendas, a cada cual más original, bonito, antiguo ..como si compitieran entre ellos.
En una de las guías se nombraba que cerca de donde nos encontrábamos se podía visitar la fábrica de juguetes de la marca Play Móvil, pero no había señal alguna ni ningún habitante del lugar nos supo indicar donde encontrarla por lo que desistimos y paramos a comer o mejor dicho a merendar, creo que fue en éste memento cuando nació la primera frase mítica de Malta "para que comer si podemos respirar" . En una pequeña panadería compramos un par de refrescos y un pan típico relleno de queso, hobz ¡¡EXQUISITO!!
Hoy tocaba cenar pasta, comida típica también de Malta ¡¡herencia de culturas!!
Y para acabar el día a tomar algo en MedAsia, un restaurante que se convierte en bar de copas después de las cenas con ambiente tranquilo frente al mar con música chill out y el sonido de las olas de fondo.
Así acabó nuestro tercer día en Malta. Un día sin nada especial ¿o sí?
No hay comentarios:
Publicar un comentario