"Todos sonreímos en el mismo idioma"
Nos levantamos sobre las 7h con ganas de salir de aquel horrible hotel. Casi como un milagro hoy amanecía sin lluvia.
Aunque veíamos alguna nube a lo lejos NO LLOVÍA |
Lo primero que había que hacer era desayunar, el día anterior ya le habíamos echado el ojo a una cafetería y aunque teníamos el desayuno incluido en alojamiento por supuesto ni nos atrevimos a probarlo.
Ya desde antes de las 8h las chicas de las etnias esperan nuevos turistas |
Después de informarme sobre las opciones para trekking en Sapa (que no son pocas) finalmente hicimos reserva con Sapa Sisters, grupo formado por las chicas más jóvenes de la etnia H'mong, sólo por su manera de contestarme vía mail a mis dudas me causaron buena sensación.
Durante el viaje me di cuenta que fue la mejor opción hablando con otros viajeros y sus experiencias.
Junto con nuestra guía, decidimos el horario y el recorrido del trekking, es una ruta más o menos personalizada y sólo íbamos nosotras con la guía (en principio, ahora veréis por qué)
Os presento a nuestra encantadora y jovencísima guía Chinh |
Durante todo el trayecto nos explicaba todo tipo de curiosidades de su pueblo, sus costumbres, cómo utilizan los recursos naturales tanto para la alimentación como con fines curativos desde una mezcla de plantas para que las mujeres queden embarazas hasta cómo se cultiva el arroz o su sistema escolar, incluso acabamos hablando de nuestra vida personal (principalmente de hombres y amigas, el cromosoma femenino funciona igual en cualquier parte del mundo). No os contaré su situación personal pero sí os diré que, según sus costumbres ya tenía edad de sobra para tener hijos y sus padres tenían unos pocos años más que una servidora (durante un momento pensé ¿soy viejisima en Sapa? pero luego volví a mi mundo occidental y se me pasó ¡creo!)
Fue un día espectacular a pesar que el terreno estaba algo enfangado y algún resbalón más que otro nos llevamos.
Todo el recorrido nos estuvieron acompañando tres chicas más, no eran guías, se sumaron sin preguntar, y menos mal por que si no es por ellas que nos ayudan a cruzar más de un camino complicado una urbanita como yo, se lleva no sólo un resbalón si no alguna caída me traigo de Sapa.
¡CORRECTO! Veis chanclas en sus pies, capazos y niños en su espalda y aún así eran ellas las que nos ayudaban a caminar. ¡Ah! mientras eran capaces de ir haciendo sus manualidades
Llegó la hora de comer. Y fue cuando estas tres niñas nos sacan de sus capazos todo tipo de cosas para vender y como no, nosotras dispuestas a comprar.
Como ya decía en el post anterior desde que llegas a Sapa aparecen niños de casi todas las edades para vender cosas. Mi consejo sobre esto es que, todos queremos un recuerdo de este maravilloso lugar, pero NO comprar a los niños dado que no se les favorece en nada, todo lo contrario, por mucha pena que nos den, ya que hay que comprar a alguien que menos a aquellas que te acompañan durante 4 horas o más regalándote su sonrisa, sus vivencias (incluso a veces sin hablar el mismo idioma), las inmortalizas en imágenes... Así que fue a ellas a las que compramos nuestros pequeños souvenirs (con regateo incluido)
Mientras comíamos se nos acercaron niños de no más de 6 años vendiendo pulseras de tela, nuestras "amigas" a las que ya les habíamos comprado, nos decían desde lejos que no, casi nos convencen esos niños con su discurso aprendido y repetitivo, y la verdad que finalmente les íbamos a comprar por pena, pero al ver que ellas mismas nos insistían que no, decidimos que no. Automáticamente después se nos acercan y mi mente mal pensante (supongo que influenciada del mundo occidental) se dijo "ya está, ahora son ellas las que nos van a vender las pulseritas de tela" y sí, venían con pulseras de tela en la mano, pero no para vender, si no para regalarnos ¿os imagináis mi cara? menos mal que los pensamientos no tienen voz. Me pareció un gesto de los más dulce el suyo.
Mientras comíamos se nos acercaron niños de no más de 6 años vendiendo pulseras de tela, nuestras "amigas" a las que ya les habíamos comprado, nos decían desde lejos que no, casi nos convencen esos niños con su discurso aprendido y repetitivo, y la verdad que finalmente les íbamos a comprar por pena, pero al ver que ellas mismas nos insistían que no, decidimos que no. Automáticamente después se nos acercan y mi mente mal pensante (supongo que influenciada del mundo occidental) se dijo "ya está, ahora son ellas las que nos van a vender las pulseritas de tela" y sí, venían con pulseras de tela en la mano, pero no para vender, si no para regalarnos ¿os imagináis mi cara? menos mal que los pensamientos no tienen voz. Me pareció un gesto de los más dulce el suyo.
Sí, tengo muchas más fotos pero no es cuestión de aburrir. Hay sensaciones que no se pueden transmitir por más imágenes que se vean.
Llegamos al punto de encuentro de las Sapa Sister (en moto desde las montañas, hay vídeo que en otro momento compartiré) sobre las 15.20h donde habíamos dejado nuestras pertenencias, tiempo para darnos una ducha (llegué de barro hasta los dientes) y coger de nuevo el bus de línea a Lao Cai a las 16.30h, el tren salía a las 19.30h pero queríamos llegar pronto para cenar ¡QUE ILUSAS!
No habíamos llegado a mitad de trayecto cuando vemos una caravana de coches increíble, la mayoría de taxis y minifurgos con turistas cuyo destino era el mismo que el nuestro. Parece que la parada es debida a un accidente, el accidente de no sé cuantos días antes, pero el ritmo asiático no es el nuestro. Cuando llevamos más de una hora, no sé cómo convenzo a mi acompañante para coger una mototaxi ya que las motos sí podían pasar, si perdíamos el tren perdíamos el avión del día siguiente, UN CAOS. Los vietnamitas son así, huelen la necesidad del turista y empiezan a aparecer motos por allí, al ver que más de un mochilero las utilizaba ¿por qué no nosotras? Cuando estamos mochila en mano (en espalda mejor dicho) y dispuestas a buscar una moto, empiezan a circular los coches, eso sí, imaginaos la velocidad, ya la forma natural de conducir en este país digamos que no es con la seguridad que entendemos nosotros pues si además el conductor sabe que va lleno de guiris para coger el tren ni te cuento la velocidad que cogía por aquellas curvas, suerte que era oscuro y desde mi posición no veía nada, estaba super convencida que no llegábamos, de hecho mi cabeza ya había montado otra ruta y había calculado el dinero perdido, Cristina y yo sin hablar y sin apenas mirarnos, creo que si lo hacíamos rompíamos a llorar, hasta que Cristina me dice "el tren sale a 19.35h" por lo que me da 5 minutos más de salvación, creerme en una situación así esos 5 minutos son oro.
Por fin llegamos y el tren aún allí. Fue entrar y arrancar el tren. ¡SIN CENAR! y no hay vagón bar (recordar que es un tren asiático, de madera, con apenas un baño por cada vagón o dos)
Hay foto de la llegada victoriosa al tren, pero con unas caras de susto no dignas de publicar.
Otro día ya contaré el viaje y la Llegada a Hanoi
Llegamos al punto de encuentro de las Sapa Sister (en moto desde las montañas, hay vídeo que en otro momento compartiré) sobre las 15.20h donde habíamos dejado nuestras pertenencias, tiempo para darnos una ducha (llegué de barro hasta los dientes) y coger de nuevo el bus de línea a Lao Cai a las 16.30h, el tren salía a las 19.30h pero queríamos llegar pronto para cenar ¡QUE ILUSAS!
No habíamos llegado a mitad de trayecto cuando vemos una caravana de coches increíble, la mayoría de taxis y minifurgos con turistas cuyo destino era el mismo que el nuestro. Parece que la parada es debida a un accidente, el accidente de no sé cuantos días antes, pero el ritmo asiático no es el nuestro. Cuando llevamos más de una hora, no sé cómo convenzo a mi acompañante para coger una mototaxi ya que las motos sí podían pasar, si perdíamos el tren perdíamos el avión del día siguiente, UN CAOS. Los vietnamitas son así, huelen la necesidad del turista y empiezan a aparecer motos por allí, al ver que más de un mochilero las utilizaba ¿por qué no nosotras? Cuando estamos mochila en mano (en espalda mejor dicho) y dispuestas a buscar una moto, empiezan a circular los coches, eso sí, imaginaos la velocidad, ya la forma natural de conducir en este país digamos que no es con la seguridad que entendemos nosotros pues si además el conductor sabe que va lleno de guiris para coger el tren ni te cuento la velocidad que cogía por aquellas curvas, suerte que era oscuro y desde mi posición no veía nada, estaba super convencida que no llegábamos, de hecho mi cabeza ya había montado otra ruta y había calculado el dinero perdido, Cristina y yo sin hablar y sin apenas mirarnos, creo que si lo hacíamos rompíamos a llorar, hasta que Cristina me dice "el tren sale a 19.35h" por lo que me da 5 minutos más de salvación, creerme en una situación así esos 5 minutos son oro.
Por fin llegamos y el tren aún allí. Fue entrar y arrancar el tren. ¡SIN CENAR! y no hay vagón bar (recordar que es un tren asiático, de madera, con apenas un baño por cada vagón o dos)
Hay foto de la llegada victoriosa al tren, pero con unas caras de susto no dignas de publicar.
Otro día ya contaré el viaje y la Llegada a Hanoi
Que lugar más maravilloso, no? Los paisaje son espectaculares!!
ResponderEliminarTe invito a que nos cuentes las 9 cosas que no sabes hacer cuando viajas.
Te invito en esta entrada de mi blog de viajes Anden 27. Espero que te animes a contárnoslo ;)
http://anden-27.blogspot.com.es/2015/02/9-cosas-que-no-se-hacer-cuando-viajo.html - See more at: http://www.dinkyviajeros.com/2015/02/que-ver-en-los-angeles-beverly-hills.html#comment-form
La verdad que es un lugar espectacular. Hace poco hice mi lista de 9 cosas que no se hacer cuando viajo pero seguro que encuentro nueve cosas más así que en poco lo haré saber ;-)
EliminarQué día más completo y toda una experiencia inolvidable recorrer esos paisajes en tan buena compañía... Me alegro de que al final hayan podido llegar al tren, aunque sin cenar !
ResponderEliminarjaja...si, por pelos pero llegamos.
EliminarQue suerte hacerlo con unas chicas tan majas y la verdad que lo que comentas de comprar a los niños aunque den pena comprarles algo a ellos no les beneficia en nada si no todo lo contrario, hay que hacer de tripas corazón y no dejarse llevar por la pena.
ResponderEliminarSi algún dia realizamos esta ruta nos apuntamos las guías que parecen muy majas y si ademas nos las recomiendas mucho mejor!!
Por cierto! los paisajes una pasada <3
¡Un abrazo!
Muy recomendable hacerlo con ellas ;-)
EliminarQue bonitas fotos! Esas terrazas son espectaculares.
ResponderEliminarUna experiencia increíble sin duda
EliminarUnas fotos preciosas, tiene que ser un gusto hacer un trekking por allí. Si algún día voy por esa zona buscaré a esas guías tan majas.
ResponderEliminarVaya día más ajetreado, son de esos que no se olvidan.
Un saludo!
Tan ajetreado que ni el hambre ganó al cansancio
Eliminar¡Wow! ¡Buena colección de imágenes...!
ResponderEliminarMe volví loca haciendo fotos jiji
EliminarBuaaa que paisaje, espectacular. Este tipo de viajes me encantan y espero poder escaparme pronto para visitarlo. Lo tengo un mi agenda de pendientes. Felicidades por las fotos saludos
ResponderEliminarY no lo borres de pendientes por que es espectacular.
EliminarGracias por comentar ;.)
Muy bueno. La vedad es que pasear por cualquier parte de esta región tan diferente ya es una aventura de trecking. No sabía lo de los niños ¿están obligados a vender y por eso no querían que les compraseis a ellos? No me ha quedado muy claro.
ResponderEliminarBueno, no es que estén obligados pero con la llegada del turismo cada vez son más niños que se ausentan del colegio, con consentimiento de los padres, para ir a vender, pero niños muy pequeños, no pasan los 5 años algunos, si les compras a ellos, de forma indirecta, potencias que dejen de ir al colegio y vendan por las calles, la mayoría lo que venden son pulseras de tela y poco más, hay tiendas y por supuesto las propias mujeres de las etnias a quienes se les puede comprar los productos hechos por ellas, a los niños mejor que no.
ResponderEliminarIncreibles los paisajes.
ResponderEliminarGracias
GranPumuki