miércoles, 26 de marzo de 2014

BARCELONA - Rincones de ciudad

"Quien no dispone de tiempo para disfrutar de lo que tiene, padece la más absurda de las pobrezas"


En este post quiero mostrar un rinconcito de mi ciudad, Barcelona, que pocos conocen, aunque quizás cada vez más gente desvela el secreto y lo comparte
A diferencia de otros post , en este no me enrollo demasiado ya que las imágenes lo dicen todo, pero como ya he dicho en alguna otra ocasión, hay lugares que aunque te expliquen su hermosura, hasta que no se ven con los propios ojos no te impresiona (o quizás yo sea demasiado impresionable). Aun así voy a intentarlo.

Tengo que confesar que no descubrí yo sola este lugar. Hacía un día soleado en Barcelona, mi acompañante y yo fuimos a desayunar al barrio Gótico, después de un buen desayuno mediterráneo (o un buen chocolate con churros, no recuerdo exactamente) la persona con la que iba me dijo "ven que te voy a enseñar un sito" le dije "vale" pero pensé "¿creo que me conozco bien esta zona, ¿qué será? ¿la Catedral? ya la he visto ¿la plaza Sant Jaume? ya la he visto"  Así que me quedé intrigada y empecé a seguirle curiosa por las calles cercanas al Ayuntamiento de la ciudad. De pronto, se giró hacia mí y me dijo "aquí está, ven, mira" Me dirigí hacia donde estaba, no veía nada, una pequeña calle que no me llamaba la atención "otras calles más bonitas hay en BCN" pensé, pero, de pronto, en lo que parecía un patio de luces de un viejo edificio te encuentras con esto...

martes, 18 de marzo de 2014

ROMA - día 1

"No hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él"  Mark Twain

A veces no es fácil encontrar un compañero de viaje que coincida en gustos, hobbies y fechas. Para nosotras dos era la segunda vez que viajábamos y la verdad que no nos va nada mal, así que me temo que Laura saldrá en más de una ocasión (como en Portugal, Nueva York , Nantes)

¿Por qué Roma? pues no lo tengo muy claro, quizás porque el vuelo era económico, porque alguien que conocemos nos podía orientar en  nuestra visita, por cercanía (dado que no disponíamos de muchos días)... pero no fue una mala elección, quien ha estado en Roma no vuelve a su ciudad indiferente.

La llegada fue sobre las 4 de la tarde, era diciembre de 2011 y no estábamos muy seguras si el tiempo nos iba acompañar. Bueno, en realidad yo estaba segura que nos llovería, a mi SIEMPRE me llueve así que el paraguas a penas salió del bolso 

Lo primero que había que hacer era encontrar nuestro alojamiento, el Ret Rome Colosseum Garden B&B . Al salir del metro, de forma intuitiva, casi sin querer, tus ojos se van hacia el Colisseo, tantas veces estudiado, visto en los libros de historia y documentales y ahí estaba, delante nuestro, haciéndote sentir pequeña, pero a la vez impresionada. 
Fue en ese momento cuando entendí que la ciudad me iba a sorprender más de lo que esperaba.


Después de unos saltitos en plan "que guay estoy en Roma"  como si fuéramos dos niñas a las que acaban de comprar unos zapatos nuevos, nos dirigimos, indicaciones en mano, hacia el lugar donde dormiríamos las próximas 5 noches.
Dos calles detrás del Colisseo encontramos la dirección indicada, en el lugar donde debía estar el hotel había una enorme puerta de madera y vieja, como las de una casa antigua (o casi en ruinas) llegué a dudar que hubiéramos llegado bien a nuestro destino dado que tampoco había ningún cartel que indicara que estábamos en el hotel, pero no, era ahí. Después de un par de llamadas al encargado de recibirnos conseguimos abrir aquella puerta (bueno tuvo que bajar el chico a abrirnos). La entrada de este antiguo edifico que se escondía tras aquella puerta no era mucho mejor que su apariencia inicial, rellano casi sin luz, un patio a oscuras donde nunca había nadie, un silencio que recordaba a una película de miedo ... pero, como pasa a menudo, no hay que dejarse engañar por las apariencias y tras subir algunos pisos (maleta en mano) llegamos a un pequeño alojamiento, acogedor, con apenas cuatro habitaciones y un pequeño office con una nevera y algunas cosas para comer o beber. La habitación era más amplia de lo esperado y con un toque vintage que nos enamoró (si os habéis saltado el enlace, volver a él y echar un ojo)
El chico que nos atendió nos proporcionó un mapa (sin mapa no soy nadie) y nos señaló lo que no podíamos dejar de visitar. 

Como decía, la tarde no estaba precisamente soleada y el invierno hace que el sol desaparezca antes de lo deseado. Después de comer o casi merendar, y con paraguas en el bolso, dedicamos la tarde a dar un paseo por los alrededores del Colisseo.
Foro romano
Desde la calle del Colisseo se aprecia el Foro Romano, pero nada que ver cuando se visita

Colisseo romano
Hay que verlo desde todas las perspectivas

Edificio a Vittorio Emanuele (edifio vittoriano)

El Campidoglio

Cruzando el río Tévere llegamos al barrio de El Trastevere, barrio de callejuelas donde es típico acercarse para cenar o tomar una copa. Nos sentamos en un bar que nos aconsejaron, Ombre Rosso a tomar un cocktail (nos encantan los cocktails y allí donde vamos hay que probar uno) nos pusieron unos aperitivos con las bebidas, generosidad de la casa y aunque volvimos un par de veces, jamás supimos por qué nunca más nos los volvieron a poner. 



Decidimos ir pronto a dormir para visitar el primer día el Vaticano, queríamos dedicarle el día ya que esperábamos horas de cola para entrar y visitar la Capilla Sixtina. Veremos que no fue así, de hecho vimos la Capilla Sixtina 3 veces. En el siguiente post sobre Roma os lo cuento

PD: no nos llovió


miércoles, 12 de marzo de 2014

LA PLAYA DE LAS CATEDRALES - Galicia

"Un viajero sabio nunca desprecia su propio país"

Carlo Goldoni


A veces no hace falta hacer largos recorridos para visitar lugares espectaculares.
Durante algunos años viajé bastante a Asturias y cada vez que podía visitaba La Playa de las Catedrales, que aunque ya pertenece a Galicia, está muy cerca de donde yo veraneaba.
¿No os ha pasado nunca que visitáis lugares que os gustaría compartir con otros? En esta ocasión la visita fue con mis padres, quería que vieran aquel sitio que les había descrito más de una vez. Es lo que intento hacer con este post, aunque creo que no sientes la magia hasta que lo visitas. 

Cuando hablamos de las playas del norte de España, al menos para alguien como yo que vive en el Mediterráneo, tiene que quitarse la idea de playa como lugar en el que vas a tumbarte en la arena a tomar el sol, disfrutar del mar con un buen baño (o dos) y el agua no está excesivamente fría. Pero como amante del mar siempre encuentro la manera de disfrutar de él. En la Playa de las Catedrales, por ejemplo, se pueden dar largos paseos, escuchar el sonido de las olas, observar sin prisa las rocas que bordean la playa y por supuesto, los más atrevidos, también pueden darse un baño si el oleaje lo permite, yo con mojar mis pies me doy por satisfecha ya que para mi el agua está congelada.

Antes de visitar la Playa de las Catedrales es necesario informarse sobre el estado de las mareas ya que, y a esto me refiero cuando digo que es un lugar espectacular, la playa está debajo del mar, es como si la naturaleza le pidiera al mar que a ciertas horas nos permita ver sus profundidades, por lo que hay que ir cuando la marea esté baja. Quizás esté exagerando un poco, pero a mi, me parece fascinante.
No es muy difícil llegar en coche y aunque es bastante turístico siempre hay sitio para aparcar. 

La visita que ahora os muestro en fotos fue en agosto de 2008 y nos hizo un día espectacular. 

A lo lejos se ve la playa y se intuye el por qué de su nombre

miércoles, 5 de marzo de 2014

MALTA - día 8

La isla de Gozo

" La vida no se mide por el número de respiraciones que tenemos, si no por los sitios y momentos que te quitan la respiración "


Hoy de nuevo repetíamos isla. Queríamos acabar de ver la ciudad de Victoria y alguna otra zona de baño más. 
Quisimos llegar pronto a la ciudad para evitar aglomeraciones dado que los viernes era el día de mercado, comprobamos que, aunque no era demasiado tarde para nosotras ya había un ambiente típico de capital, gente de compras, turistas haciendo fotos y trafico digno de una gran ciudad. Aun así, había un hueco para dejar aparcado nuestro coche y una mesa libre en una cafetería de la plaza del centro, la Pjazza de la Independenza, donde desayunamos un buen bocadillo que nos aconsejó el simpático camarero que a diferencia de lo que nos habíamos encontrado hasta ahora, hablaba español y hasta nos dedicó más de una sonrisa.
Justo en la plaza donde desayunamos se encontraba la oficina de turismo donde nos hicimos con un mapa de calles y poder visitar el casco antiguo llamado Il Borgo. Aunque llevábamos mapa, no se de qué manera lo hicimos que durante más de media hora estuvimos dando vueltas en círculo y no podíamos salir de aquel laberinto de calles dando a parar continuamente al mismo lugar. Finalmente, doblamos el mapa y nos pusimos a pasear sin rumbo fijo.