sábado, 29 de noviembre de 2014

Callejón Hamel - Cuba

" El que teje sus propias mentiras corre el riesgo de morir en su propia agujeta" Salvador del Callejón Hamel


Atardecía ya en la Habana y después de pensar varias opciones decidimos ir desde el Museo de la Revolución en Bici Taxi  al Callejón Hamel en el centro de la Habana.


Aunque no fue de las primeras cosas que visitamos en la capital de Cuba para mi es uno de los sitios más mágicos que he visto, no tanto por su magnitud o belleza (que para mí la tiene) si no por lo que significa y nada más entrar en este lugar hay algo que te invade por el cuerpo ¿será el misterio de la santería?



Rincón de la santería que se puede
encontrar en cualquier casa del barrio

Nada más llegar, ya había un chico del barrio esperando la llegada de turistas y aunque nos resistimos al principio en pocos minutos, Iosvani (no estoy segura si es así como se escribe) al que llamaban Chicho (por alguna extraña razón que no logré averiguar) nos encandiló y gracias a él supimos muchas cosas del callejón y las Orishas.


Dicen los del lugar que las 3 cosas típicas del Callejón Hamel es el arte, la música y el bilongo

Arte callejero y gratuito

Un callejón lleno de positividad, energía e ingenio. No perdáis detalle de cada imagen, todavía veo cosas nuevas cada vez que las observo, ni mis ojos ni mi mente dan a basto con tanto estímulo.

Rumba afrocubana

Cada domingo a las 12 del medio día tocan su música para todo aquel que quiera escucharlos, han creado una escuela de música en el barrio donde de forma voluntaria enseñan a los niños a bailar y a tocar instrumentos

cocktail llamado Bilongo

Esta bebida se hace con aguardiente, miel, zumo de limón y hielo y aunque el aguardiente nos echaba para atrás nos decidimos a beber uno ya que lo rebajan un poco con agua

Los que habéis leído alguna que otra entrada ya sabéis que mis post no son guías de viajes pero esta vez sí me gustaría explicar, aunque sea muy poquito y de boca de Chicho (por más que lo pienso no se por qué le llaman así) el sentido de este callejón.
De bien es sabido, y si no ya os lo digo yo, que en Cuba se practica la santería, religión heredada de antepasados africanos y este callejón, este barrio, es la esencia de esta religión. El Dios Oludomare se comunica con el mundo a través de deidades, las Orishas al igual que los dioses griegos también tienen ciertas cualidades naturales. Los rituales o rezos como los llamarían otras creencias religiosas se trasmiten oralmente de generación en generación con la ventaja de adaptarse a los tiempos.
Hacen peticiones a las Orishas con ofrendas de frutas, flores y que, según explicaba Chicho (sigo sin encontrar relación con el nombre original, Iosvani) siempre se cumplen, la clave es que estas peticiones no deben tratarse de cosas materiales como un coche nuevo o una casa,  ya que lo que las Orishas conceden es buena o mala fortuna NO COSAS

"sube, tomate tu tiempo y pide a las Orishas"
Así lo hice

Hubo un inicio en este lugar, Salvador fue quien inició a llenar los muros de este callejón de mensajes positivos, reflexiones, colores, dibujos imposibles, hoy no sólo Salvador es quien decora el barrio, si no que, además de la escuela de música, los más pequeños, con ayuda de los más mayores también aprenden a crear pinturas y obras de arte.
Lo más mágico de este lugar es la ayuda que reciben, NINGUNA, como Chicho explicaba (le llamaban así de pequeño y ya nadie lo conoce como Iosvani) sin ningún tono de autocompasión, si no con orgullo, utilizan materiales que "los ricos no quieren" ofrecen su arte a cambio de lo que aquellos que la disfrutan crean que vale la pena, por la compra de un disco de su musica, de un dibujo de sus pequeños artistas o por un Bilongo.

                     
 

Muchos de los que allí viven dejan sus casas para que el turista, gratuitamente pueda visitarlas


El próximo proyecto es la creación de un parque llamado " El principito"

Final del callejón

Lo de callejón no es un decir, realmente es un callejón lleno de maravillas y que los del barrio intentan (y seguro que lo consiguen) que el Callejón Hamel se convierta en la Calle Hamel

Espero ver todos estos muros
llenos de arte en mi próxima visita

Para finalizar la visita fuimos a dar un voltio por el barrio donde nos encontramos una de las casas del Che convertida en museo


Llegó el momento de la cena y sin saber como, Chicho (quizás es un mote que ni él mismo sabe lo que significa) nos había liado de tal manera con ese desparpajo que caracteriza a los cubanos que nos vimos "invitándole" a cenar (el pago por ser nuestro guía durante toda la tarde) pero ¡¡CUIDADO con preguntar a un cubano dónde ir cenar!!

Si vais por el Callejón Hamel, preguntar por Chicho y si averiguais por qué le llaman así por favor hacermelo saber.



16 comentarios :

  1. Qué historia tan bonita!
    Cada vez me llama más Cuba. Me encanta ese callejón y las orishas, me parece tan sabio que no se las pueda pedir cosas...
    Saludotes y buen puente en Nantes ;)

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  2. ¡Increíble! Me ha encantado el callejón y las fotos, aunque a mí eso de la santería me da un poco de aprensión pero sin duda lo que se tiene que sentir ahí dentro tiene que ser impresionante. Gracias por mostrarlo. Un abrazo de la cosmopolilla.

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    1. La verdad que yo tampoco entiendo mucho el tema de la santería, pero sólo ver la manera como ellos lo explican ya te trasmiten algo especial

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  3. No había oído hablar de este callejón tan artístico... ¿Es una excepción u hay otros más en La Habana así de artísticos?

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  4. Cuba es un país con una cantidad de rincones por ver y descubrir. Muy buen artículo. Dan ganas de visitar Cuba.

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    1. Gracias por tu comentario. La verdad que cualquier rincón de Cuba es especial

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  5. Preciosa historia de un lugar que tampoco tengo el placer de conocer!

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  6. Muchas veces, como en este caso, la necesidad agudiza el ingenio y la creatividad. ¡Qué sitio más curioso!

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  7. Precioso Nica. Por el color de las fotos y lo bien que nos acercas a ese rincón habanero! No lo conocía, y si vuelvo a Cuba espero que no se me olvide pasar por él!

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    1. Para ser un callejón en uno de los barrios más modestos de la ciudad tiene mucho color, me alegro oder haberlo transmitido así

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