miércoles, 2 de abril de 2014

MALTA - dia 9

Mdina y Rabat

" Elimina de tu vida todo aquello que te cause estrés y te quite la sonrisa " Paulo Coelho


Parecía que dos semanas en este pequeño país iban a ser muchos días y casi sin darnos cuenta ya estábamos en nuestro segundo y último fin de semana.
Hoy sábado tocaba levantarse un poquito más tarde y recogerse más temprano para disfrutar de nuevo la noche maltesa en la fiesta que organizan La aventura de Malta

Nuestra dirección hoy era hacia la zona central de la isla. También éste día lo recuerdo muy caluroso ya des de por la mañana.
La primera y muy recomendada visita fue a las Catacumbas y Gruta de San Pablo en Rabat 
Estas catacumbas son un laberinto de tumbas excavadas en la roca, de estrechas escaleras y pasadizos. 



Al final de la visita se encuentra la Gruta de San Pablo donde se dice que Él oraba durante su estancia en Malta, construida justo debajo de la Iglesia Parroquial de Rabat


En esta misma visita se incluye el Museo Wignacourt y los refugios de la II GMundial. Sólo imaginar como vivían familias enteras en estas cuevas se ponen los pelos de punta, en algunos de estos refugios puedes entrar, pero da tal sensación de agobio que sales enseguida de él y apenas entras en otro.

 
Laberinto de estrechos pasillos con pequeños habitáculos. Recuerda una ciudad bajo tierra
Entre pasillo y pasillo dos salidas. En el cartel de la izquierda no se aprecia bien pero hay una flecha indicando el lado contrario. Miramos a un lado, miramos al otro, no se veía salida por ninguno de los dos, sólo un pasillo largo...

Después de comer (y salir del refugio) no se ni a que hora, paseamos por la pequeña y tranquila ciudad amurallada de Mdina

Antes de volver al hotel, un momento de relax y para ello observar una de las mejores vistas de la isla, los Acantilados de Dingli


 
 

¿Qué mejorm anera de acabar el día que en un lugar apartado, tranquilo, observando el océano? Bueno, hasta que de pronto escuchamos un par de disparos y en el tercero, cuando nos dimos cuenta que eran disparos, volvimos al coche en menos tiempo que se pone el sol.

Pocos días nos quedaban en Malta y hoy sábado teníamos que despedirnos. De nuevo fuimos a la fiesta que se organiza en Sliema, aunque esta vez teníamos que conducir, pero no más de 20 minutos.


Sí, el día 10 no fue el que más madrugamos. Pero no impidió seguir visitando el país. 
En el próximo post lo cuento.





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